Ayer;
Vi las manos que escriben lo más extenso de la historia y sentí la mirada de los ojos que ven por la vida. Escuche el temido llamado que define mi existencia… junto con los tambores que obedecen a la muerte. Comprendí el enigma que encierra el perfume que va dejando la esencia que acompaña a la vida, en forma de recuerdos.
Hoy;
Resumo las sensaciones en una tonta sonrisa mientras arrullo al tiempo escribiéndole a la vida.
Mañana;
Quien sabe…
Siempre;
Versare un poco en mi delirio más complejo; Creando algo a partir de la nada;
Donde esta vez, saboreo lo más profundo de la noche, sacudiendo así, la palabra que me quita el sueño, en esta silenciosa madrugada…
Carlos E. Pacheco S.
Escuchando: Los ruidos nocturnos de la madrugada
Lunes 22 de Junio del 2009 [3:09 AM]